Caricias al alma*

Los corazones aceleraron los latidos, cada vez con más intensidad.
Xela aceptó a mi deseo a través de la mirada. Sucumbimos
al arrebato desbocado, sellando el pacto por medio de las bocas.
Nuestras lenguas, cual pluma de pasión, suscribieron el acuerdo con la tinta de la pasión en el papel de nuestros cuerpos. Se desataron los instintos. La razón quedó secuestrada por los impulsos. Era el amo
r puro y transparente el que se mostraba. Las comisuras ardieron de deseo y las manos quisieron atar a la ternura en forma de caricias. Fue el arranque de la locura deseada. La piel solo quiso de otra piel que la recubra. Estábamos bajo el imperio del amor. Atrás quedaron los dictados de lo que estaba bien o mal. La cópula era tan intensa que la sensación de catarsis se adueñó de nuestras mentes. Se hizo
el delirio en forma de espasmos. La pasión se desbordó; quería alcanzar el clímax…
El alba salió a nuestro encuentro y el sol se unió a las caricias
de los amantes. Rayos de luz se abrazaron al apogeo. Las palabras se adornaban de suspiros, los cuerpos de la poesía del frenesí.